Ana Plaza Dueñas

Desde antes del confinamiento me encontraba muy mal por mi lesión de espalda (doble escoliosis) con un dolor crónico de muchos años atrás. Cuando encontré un claro en mi vida tomé una decisión: o el dolor acaba conmigo o y acabo con él. Te llamé Paco y ahí comenzó todo. Un tiempo de superación física y mental. No hubiera sido posible sin su ayuda. Eres profesional como la copa de un pino y una magnífica persona.

La persona que soy ahora te la debo el 100% a ti. Me encuentro muy bien, he aprendido a no pelearme con mi dolor y sobre todo a nivel psicológico. Entender que es lo que pasaba, darle un sentido que yo no encontraba y hacerme ver que puedo tener una vida feliz haciendo cosas que ni yo pensaba ya que podía hacer.

El dolor ha desaparecido y cuando aparece lo acepto y trabajo con el como me has enseñado, con paciencia y tranquilidad, sin agobiarme. Hay veces, como es normal, que los miedos vuelven, pero tú me has hecho ver lo que merece la pena y lo que no de todo
esto. La vida es algo precioso y me he dado cuenta durante el proceso de trabajo, y para nada pienso dejar que el dolor se vuelva a apoderar de mí hasta el punto de pensar que estaba condenada a vivir en una profunda tristeza, o lo que es peor, sentirte así por estar empastillada hasta las cejas.

Y qué mejor forma de agradecerte todo que dándote las gracias:

-Gracias aguantarme, entenderme, enseñarme a quererme, por tu cariño, tus consejos, ayudarme a afrontar situaciones complicadas, por superar mis miedos, por hacerme una mujer antifrágil y sobre todo por volver a ser yo!