Juan González López

Dolor persistente Gemelos
(2 años)
Fisioterapeuta: Paco Mateos

Llegué a ti a través de Instagram, sigo a otros fisios como Fran Gurdiel, Alvaro Pinteño, etc. A través de esta red social te conocí y me gustó tu trabajo, por lo que decidí contactar contigo.

Siempre me ha encantado jugar al baloncesto, de hecho juego en el equipo de mi pueblo pero a un nivel de liga superior, con cierta exigencia. Estos dos últimos años se han convertido en un calvario para mí. En este tiempo he tenido dolor en los gemelos y cada vez que jugaba a baloncesto y sobrepasaba mi límite de fatiga, o eso creía yo, se me subían los gemelos. Al principio era como una sobrecarga muscular pasando a ser dolor. Más adelante según pasaba el tiempo y el trabajo notaba como el típico calambre muscular limitándome a seguir. Hasta que llegó el punto de con solo llevas unas 15 minutos en la cancha ya se me subían. No encontraba explicación. Fisicamente era mi mejor momento después de dos años entrenando tanto en baloncesto como el gimnasio, me sentía más fuerte y el dolor parecía que cada vez iba a más. Soy el capitán y mi responsabilidad conmigo mismo y con el equipo es de dar ejemplo de pundonor y trabajo, pero me sentía cada vez más limitado e incapaz. Lo que sentía era pánico de afrontar un partido importante para nosotros. Soy un jugador de cierre, de los que más salta para tapar tiro, incansable y rápido, y yo lo asociaba a la cantidad de saltos por partido, el nivel de dificultad del mismo, la exigencia, etc. Cada vez más descansos, más cambios, y más restringido en mis funciones. Mi mayor frustración es la de no poder ayudar al equipo 100%, no podía permitirme seguir así, no quería ser este jugador. Quiero ser el que era antes.

Con Paco, entendí que anterior a esos dos años mi cantidad de minutos eran iguales, la exigencia era similar, saltaba muchas más veces, incluso me sentía peor físicamente y aún así, padecía de esta manera, por lo tanto no solo era por mi capacidad. La experiencia tan negativa que sufrí hace dos años en un partido fue la que marcó todo el proceso hasta hoy. La aglomeración de factores en un momento determinado y un partido específico ayudó a fidelizar el miedo a que volviera a darme.
Con solo un mes he jugado dos partidos en tres semanas trabajando con Paco, y ¡no se me han subido los gemelos!. Esto me ha dado un chute de energía y de esperanza para seguir evolucionando hasta volver a ser ese jugador de baloncesto que era hace dos años.

Hemos tenido poco tiempo para trabajar por motivos personales míos, pero pese a esto, creo que he conseguido estrategias y técnicas necesarias para seguir aplicando a mis aprendizajes diarios. Comprendo qué sucede y cómo tengo que afrontar la situación de lo que me ocurre, esto es una tranquilidad personal que antes no tenía. Sé que me queda trabajo pero tengo el camino marcado, y sinceramente, es de agradecer.