María

Sin una causa-efecto aparente empezó a dolerme la muñeca derecha y de primeras pensé que ya se me pasaría. Pero al contrario el dolor fue creciendo hasta el punto que a los 3 meses tuve que pedir la baja en el trabajo ya que no podía hacer cosas cotidianas como usar el ordenador, cocinar o conducir, incluso tenía problemas para poder dormir. Sentía dolor todo el tiempo y se me amplió al codo, hombro y lo peor era un constante dolor de cabeza. A lo largo de un año fui a rehabilitación 3 veces y me hicieron varias pruebas médicas, pero nada era concluyente y seguía con dolor permanente. Mi pareja me sugirió contactar con Painlab y no puedo estar más agradecida a Álvaro por toda la ayuda que me ha brindado.

Le pasé todos mis informes médicos y me hizo varios test para ver en qué estado físico-emocional estaba. Atendió todas mis dudas e inseguridades y me explicó un sin fin de cosas para poder entender. Me mandó ejercicios que pensaba que no era capaz de hacer y aunque al principio me costaron por todo el tiempo que llevaba dolorida, me sorprendí a mí misma superando cada día un paso más. En un mes ya podía percibir que el dolor había bajado y al cabo de medio año puedo decir que podía estar un día entero sin sentir ninguna molestia.

Ha pasado un año desde que empecé con él y aunque hay momentos de molestia cuando estoy más estresada, son momentáneos y nunca pasan al umbral del dolor. Siento que estoy al 99% con lo cual he podido darle un giro a toda la situación pasada y seguir con mi vida. Vuelvo a poder hacer de todo e incluso he mejorado mi salud en general ya que toda la actividad que he hecho me ha servido para todo el cuerpo y mente.

Siempre ha sido super comprensivo y atento y no le ha importado repetir lo que hiciera falta para ayudarme. Me he sentido apoyada y eso ha sido muy importante para mí a lo largo del proceso.